En la piel que utilizamos para encuadernar hay que rebajar su grosor en determinados sitios como en los bordes para poder doblarla, en los lugares donde vamos a poner nervios, en las esquinas...esto lo podemos hacer con una herramienta específicamente diseñada para esa función que se llama chifla.
Pueden ser de varios tamaños según la zona que queramos rebajar y de la ductilidad de la piel que utilicemos. Trabajaremos con su plano casi paralelo al de la piel y la tendremos bien afilada y limpia ya que esto repercutirá directamente en la calidad de nuestro trabajo.
