año1932.
El libro tenía la complejidad de la portada la cual, si era posible, se quería conservar. Los cuadernillos estaban bien conservados y no hemos tenido que arreglar demasiados desperfectos en las páginas.
Con paciencia hemos despegado la fina capa de la portada del cartón original que estaba muy gastado. Hemos pegado este papel sobre papel Kraft del mismo tono y así se ha disimulado alguna que otra rotura.
El lomo lo hemos encuadernado con una tela lo mas parecida posible al original y hemos reforzado las esquinas.